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Los Superhosts se esfuerzan al máximo por conseguir que los viajeros estén a gusto, por eso organizan desayunos caseros, recorridos guiados, actividades en el barrio y mucho más. De hecho, alrededor del 30 %* de los alojamientos en Airbnb han ofrecido recorridos y actividades a los huéspedes, y algunos anfitriones incluso han hecho oficiales estas ofertas convirtiéndolas en experiencias.
Un buen ejemplo son Patricia Ramos y Óscar Fernández, Superhosts en Airbnb y profesores de Economía en la Universidad de La Habana. Empezaron alojando huéspedes con Airbnb y fueron de los primeros en organizar experiencias en Cuba a través de nuestra plataforma. Ahora organizan cuatro experiencias distintas: una aventura cultural de dos días en La Habana y en zonas rurales; un recorrido a pie de medio día por el lado más auténtico de la capital; una excursión de un día a la campiña cubana para cultivar café, cuidar animales y vivir de la tierra, y una conversación de dos horas sobre la economía y la sociedad cubanas acompañada de un cubalibre u otra bebida. Además, «hemos animado a nuestros amigos a organizar otras quince experiencias», dice Óscar.
Patricia y Óscar nos han hablado de cómo han logrado llevar su espíritu empresarial un paso más allá.
¿Cómo empezasteis con las experiencias?
Óscar: Bueno, dedicábamos dos horas a los huéspedes cuando llegaban al alojamiento porque queríamos contarles todo lo que sabíamos sobre Cuba. Lo disfrutábamos mucho porque nos sentíamos como profesores, solo que enseñando a un nuevo tipo de alumno.
Patricia: Entonces la gente empezó a escribirnos evaluaciones y mencionaban nuestros recorridos improvisados. Así que cuando Airbnb puso en marcha las Experiencias en Cuba, pensamos: «¿Por qué no creamos una experiencia como la que ya estamos haciendo cuando llegan los huéspedes?».
¿Qué nos podéis contar sobre vuestra primera experiencia «Ser Cubano»? ¿Qué la hace única?
Patricia: Por lo general, los visitantes de otros países que llegan a Cuba esperan oír hablar de tabaco, ron y música de salsa. Sin embargo, nosotros queríamos mostrarles a los huéspedes algo más: cómo funcionan el sistema educativo, la sanidad y los mercados. Cómo vive la gente con salarios tan bajos. Hacemos un recorrido a pie por la ciudad y les mostramos lugares que no son para turistas, como Coppelia, que es el reino del helado. Unas cinco bolas de helado cuestan poco más de veinte céntimos de euro. Hay una cola de media hora, así que la gente, mientras espera, se dedica a charlar o incluso a celebrar alguna reunión. Es un buen reflejo de la sociedad cubana. También llevamos a los viajeros en transporte público, algo que no es común en absoluto [para los turistas]. Al final del día, sienten que han hecho algo muy interesante y pueden hablar de cómo los cubanos viven realmente en una sociedad socialista.
¿Qué es lo mejor de ser anfitrión de experiencias?
Óscar: El conocimiento y el enriquecimiento cultural es sorprendente. Compartes tu cultura con cada viajero. Seguimos siendo profesores en la universidad, por lo que animamos a nuestros colegas más jóvenes a ser coanfitriones de nuestra experiencia. También creemos que Airbnb ha generado empleo y ha supuesto una mejora para la vida de la gente. En nuestra experiencia «La vida en el Campo», llevamos a los viajeros a una zona rural para conocer a unos amigos de la familia que viven de forma autosuficiente, pescando y cultivando fruta y café. Llevamos viajeros allí unas tres veces a la semana, así que ahora nuestros amigos también son empresarios.
¿Qué consejo darías a otros anfitriones que estén pensando en organizar una experiencia?
Patricia: Lo importante es tener algo que compartir y tener ganas de mostrárselo a otras personas.
Óscar: Se trata de abrirte a los viajeros, de ser tú mismo y mostrarte tal cual eres. Si no, seguramente no funcione.
*Basado en investigaciones internas de Airbnb con más de 100 anfitriones.
