Hola Comunidad. Esto que voy a compartir es una historia curiosa, porque se dio gracias a Airbnb pero con un huésped que no llegó a alojarse en mi casita. Aún así, es quizás una experiencia sorprendente. A comienzos del año tuve una reservación de un huésped que venía de Nueva York. No era la primera vez que venía a Medellín porque ya lo había hecho en otras oportunidades. Pero esta vez quería venir específicamente a Santa Elena, una zona de Medellín en el campo o la ruralidad como aquí le llamamos. Por alguna razón no pudo viajar y canceló la reservación. Meses después me escribe de nuevo y me pregunta si voy a tener la casita disponible para mediados del año. En ese momento estaba ocupada y así iba a seguir por todo el mes, así que le comenté que solo se desocupaba en julio. El joven, porque es un joven de 26 años, llegó a Santa Elena y me escribe preguntándome si yo sé dónde se puede hacer trabajo de voluntariado por aquí. Entonces le dije que si quería podía venir a mi reserva natural, donde está la casita, que en el momento estoy en un proyecto de siembra de árboles nativos. El chico viene, llega temprano, podemos conversar un momento antes de que llegaran los demás voluntarios, y me cuenta que su mamá es de Santa Elena, pero que él no la conoce, que solo sabe su nombre por el certificado de nacimiento. Me dice el nombre de ella y viene a mi mente un habitante del lugar que tiene su mismo apellido. Lo llamo, le cuento, con el teléfono en altavoz, y por ahí comienza un camino de un chico que fue dado en adopción hace 26 años y que ahora quiere, con algo de temor, conocer a su madre. Ese mismo día se me ocurre presentarle al huésped de la casita, también norteamericano, y resulta que ambos habían vivido en algún momento en un mismo pueblo de Colorado. Lo que sigue todavía es un misterio para mí, resulta que una prima del conocido mío parece que sí pueda ser su madre, pero todavía no sé qué más pasó. Quizás algún día lo sepamos. Un día me escribirá este joven y me contará. Yo con esto que pasó siento haber vivido una historia memorable de un huésped que canceló, que estuvo conmigo viviendo una experiencia de voluntariado, que se encontró con otro huésped que había vivido en su pueblo en algún momento de su vida, y que posiblemente encontró a su madre.