Buenas, la semana pasada con mi compañera realizamos la reserva de un departamento privado. El lugar se encontraba en buenas condiciones, salvo por un detalle no menor, al llegar se sentía un olor a gas bastante intenso. Cabe aclarar que los anfitriones, no solo que hicieron caso omiso a esto (el olor era intenso a tal punto de ser molesto) sino que los noté nerviosos, me explicaron como se usaba el tele entre otras cosas que parecía que era su primera vez y son SuperHosts. No consideré necesario mencionarlo en el momento porque uno de ellos se encontraba encendiendo el calefón y el encendedor no le funcionaba, entonces asocié el olor con la salida prolongada del gas del aparato al intentar prenderlo sin éxito. Al cabo de unos minutos, el olor persistía con la misma intensidad, por lo que decidimos contactarlos por Whatsapp y, al no recibir respuesta pasados los 10 minutos, los llamamos y les explicamos la situación. Al llegar y hacer unas pruebas para corroborar que no hubiesen pérdidas, la solución fue cerrar 2 de estas garrafas, que conectaban al calefón y al horno, y explicar que el olor provenía de una tercera ubicada dentro de una estufa. Según su argumento, el departamento había estado cerrado mucho tiempo y esa garrafa quedo abierta, por eso el olor intenso; aclarando, además, que la estufa se había usado todo el invierno. Lo que ahí me dio a entender de que eso no era todo, pues algo como eso se podría haber explicado al momento en que llegamos y tal vez la situación habría sido diferente.
Yo ya sabía de antemano que la provisión de gas de la locación era a través de una garrafa, lo que no me esperaba era encontrarme con 3 garrafas ubicadas en un espacio reducido y sin salida al exterior. Aclaro que en Argentina y luego de lo ocurrido en mi ciudad natal (Rosario), las regulaciones con el gas se han vuelto muy estrictas a tal punto de que en un monoambiente no se permite tener ni una sola garrafa, al menos esto es así en Rosario.
Por fortuna para nosotros un familiar pudo hospedarnos, ya que ni el apartamento ni el locatario nos inspiraba confianza alguna. El asunto es que si no hubiéramos tenido esa oportunidad, sumado al desconocimiento del tema de reservas y reembolsos, que nuestro viaje era de corta duración y lo que menos queríamos era ocasionar problemas, muy probablemente nos habríamos quedado allí.
Como conclusión, la garrafa que alimenta a la estufa era la que causaba el olor a gas y cuando llegamos, se encontraba cerrada. En su momento, parecía solo un error y una mala comunicación entre el anfitrión y los huéspedes lo que ocasionó nuestra partida prematura, lo cuál ya es motivo para solicitar un reembolso porque no se entregó en condiciones la propiedad. Pero luego de comentarlo con familiares y amigos, resulta que el tema es mas grave de lo que pensábamos. El anfitrión nos prometió devolvernos el total de lo que Airbnb le deposite, pero aún no hemos obtenidos respuestas a una semana de lo ocurrido. Además, ver como poder denunciar de alguna forma para que al menos se controle este asunto y no le pase a otras personas.