Hola, yo soy anfitrión y también me veo desamparada. Si en su día firmé un contrato con Airbnb con una política de cancelación estricta, ellos tienen que cumplir el contrato y pagarme lo que corresponde en caso de cancelación. Yo creo que si Airbnb ha decidido considerar fuerza mayor todas las cancelaciones hasta el 31 de mayo, independientemente de las fechas de estados de emergencia de cada país, ellos deben correr con los gastos. Quiero decir que como anfitrión, estoy totalmente de acuerdo en cancelar sin coste las reservas durante el estado de emergencia de mi país, ya que yo tengo prohibido por mi propio gobierno, alquilar nada durante esas fechas. Luego yo tendré que apañarme con mi gobierno, pedir ayudas o lo que sea. Pero el problema es que Airbnb unilateralmente, decide como fecha de fuerza mayor hasta el 31 de mayo, aunque en mi país el estado de alarma se acabe el 11 de abril. Si yo tengo que renunciar voluntariamente lo que tengo firmado con Airbnb, y encima no puedo pedir ninguna ayuda porque mayo está fuera del estado de alarma de mi país, pues salgo muy perjudicada. El huesped no tiene ninguna culpa, pero el host tampoco y para muchos es nuestro trabajo. Creo que el coste de la pandemia se debería repercutir entre todos, no al 100% perjudicar al anfitión. No se trata de un dinero de ocio, sino de un dinero para vivir. El huésped sabe cuando alquila una casa con política estrcita, que pierde un dinero si cancela, y creo que debe haber algo para que lo recupere (ayudas de su gobierno, seguros, lo que sea), pero que todo lo pierda el anfitrión, no es justo. Aribnb nos está obligando a aceptar esto voluntariamente, para que luego no podamos reclamar de ninguna forma, y además lo está haciendo de una forma muy sucia, para que nos sintamos mal si no aceptamos una cancelación como si fuerámos personas horribles que se benefician del mal ajeno. No es así, yo alquilo mi propia casa y vivo con mis padres porque no puedo permitirme vivir yo en ella. Me mato a currar para que los huéspedes estén a gusto y lo disfruten, y ahora, con la pandemia, me dejan desamparada y haciéndome sentir mala persona si no acepto la cancelación de forma gratuita.