Tengo un huésped que ha roto en repetidas ocasiones las reglas de mi casa: ha metido más personas de las autorizadas en el apartamento, ha introducido mascotas (cuando no está permitido), no respeta el descanso de los vecinos, etc... Todo esto por supuesto a escondidas, ya que en el check-in no había ni personas extra ni mascotas
Dado que el huésped tiene una reserva de mes y medio en mi propiedad, y gestionar otra cosa que no sea una solución amistosa me parecía hacer el problema más grande, decidí pasarle un cobro extra de 200€ en concepto de "limpieza", que el host aceptó sin oposición.
Pues bien, de esto hace ya un mes y yo no he visto aún un euro. El huésped me asegura que él ha pagado, si bien desde Airbnb yo no consigo corroborarlo. He llamado decenas de veces a Airbnb. He intercambiado muchos mensajes con el servicio de atención al cliente y, sin embargo, sólo he conseguido una cosa: la revelación de que a Airbnb no le interesa proteger al huésped.
Por qué? Porque puede. Porque puede ahorrarse dinero en atención al cliente. Porque no tiene competencia ni vergüenza. Porque una vez que cobra la comisión de la reserva, para qué tendría que emplear recursos en algo más? Ya tiene la pasta!
Al otro lado del teléfono y pantalla se encuentran educados profesionales del engaño. Lo peor de ellos ya no sólo es sólo el no ayudar o ignorar, sino peor aún, el confundir al host para que el tiempo pase y el anfitrión acabe desesperándose.
Aquí lo dejo para cualquier host que quiera comentar alguna experiencia similar, para las nuevos, o para que los fanáticos a sueldo de Airbnb (si es que este mensaje es publicado) puedan negar cualquier parecido con la realidad.