El tema original fue publicado en la Central de Comunidad de habla Neerlandesa por @Katja202 y lo hemos traducido a continuación.
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Para nosotros, la cuestión nunca había sido si usaríamos tantos materiales de construcción naturales como fuera posible para la construcción de nuestra vivienda. Ha sido más un proceso de años de lectura y búsqueda. La creación no es nuestra, se nos permite vivir allí, pero como residentes temporales es natural tratar con el máximo cuidado lo que te prestan.
En 2017 tuvimos la oportunidad de comprar una pequeña casa de campo con grandes establos para cerdos, incluidos 1.000 m2 de amianto. Para la mayoría de los buscadores de casa, la presencia de amianto era un gran drama y, debido a la falta de interés, conseguimos un lugar fantástico. Gracias a una empresa de demolición, el terreno se liberó de su granja industrial de cerdos y nos llevamos un lienzo en blanco para rellenar nosotros mismos.
El diseño de la vivienda estaba claro en nuestras mentes desde hace muchos años y la elección de los materiales de construcción también estaba hecha desde hacía mucho. Simplemente porque lo ecológico es lógico. Muchos materiales naturales, una estufa de leña que también calienta el sistema de calefacción central, colectores solares para tener agua caliente en verano, paneles solares para la electricidad, muchas ventanas orientadas al sur, hormigón como fuente de calor pasiva en el suelo y mucho de aislamiento para mantener la casa como una manta caliente sobre nosotros.
Para obtener tanto aislamiento en la pared y el techo, la construcción de una estructura de madera era una buena opción. Tanto el interior como el exterior son de madera. Además, entre estas capas, la interior y la exterior, se ha aplicado cáñamo, ya que el aislamiento estaba más que claro. Un cultivo de rápido crecimiento que se puede cultivar localmente y sin pesticidas. Además, tiene la fantástica tendencia a absorber y eliminar la humedad, por lo que mima al residente con un clima interior agradable. El vecindario pronto pudo oler nuestro aislamiento y nuestra casa recibió el encantador nombre de «la casa de la marihuana».
Nuestro lienzo en blanco consistía de unos 3.800 m2 de terreno muerto. Un terreno que había estado cubierto por hormigón durante 60 años, mientras que el resto del suelo había sido fumigado o dejado a la merced de las malas hierbas. Tampoco consideramos que esto fuera un desastre, sino más bien una oportunidad para aplicar lo que habíamos aprendido de Joseph Holzer (Holzer Permaculture) en Austria, así como en el curso de diseño de permacultura al que asistimos en Geoff Lawton, en Australia. Lentamente vamos viendo que el suelo se va recuperando, que la diversidad de plantas y animales va aumentando y que podemos ir dando pequeños pasos para cultivar, tanto material como inmaterialmente. Este año esperamos comer de nuestro propio jardín durante la mayor parte del año y podremos disfrutar de nuestro cada vez más bonito cuadro durante todo el año.
Pero en nuestra imagen también tienen cabida otras personas. Decidimos poner en marcha un pequeño AirBnB. Parecía una buena fuente de ingresos, pero pronto resultó ser un valor añadido...
Construimos nuestro AirBnB al igual que nuestra casa, es decir, mediante el uso de materiales naturales en la medida de lo posible. La base consistía en un carro de granja que compramos a un pastor de un pueblo al final de la carretera, de ahí el nombre de «The Shepherd' s Hut», es decir, la cabaña del pastor. Encima de este carro construimos una minicasa con los materiales sobrantes de la obra principal y con materiales de otros, con una ducha y un inodoro de compostaje. Los excrementos en el inodoro de compostaje se puede utilizar en los árboles, mientras que las aguas grises también sirven para el jardín con un simple filtro de grasa y un filtro de helofito. Además, decidimos ofrecer a los huéspedes jabón ecológico para proteger la tierra.
Gracias a AirBnB, los primeros huéspedes llegaron pronto. En su mayoría son personas que quieren escaparse del ajetreo y bullicio de la ciudad. Vienen aquí para disfrutar del ambiente de nuestra casa de campo, de la paz y de la naturaleza. También han descubierto nuestro jardín: menta fresca, tomates del invernadero, verduras y huevos de Charlie & the Chooksters. Es enriquecedor ver cómo los huéspedes que llegan con la enorme carga de la vida cotidiana sobre sus hombros se van completamente descansados. Personas que, con nosotros, se ha sentido como en casa durante un tiempo.
Sinceramente, no pensamos a lo grande. Nos centramos en el clima que crea lo pequeño. Debemos cuidar bien esa pieza de creación de la que hemos asumido el control. Eso también significa ofrecer un lugar cálido para los huéspedes. Eso significa alimentar la tierra del jardín, en lugar de agotarla, y somos recompensados con alimentos con valor nutricional. Eso significa que plantamos árboles y arbustos y recibimos la diversidad de aves a cambio. Eso significa que damos a los animales una existencia que se adapte lo mejor posible al animal, en lugar de ver a un animal como un producto. Más tarde recibirás a cambio fantásticos huevos y buena carne.
Algunos de los huéspedes están realmente interesados en nuestro cuadro y algunos lo están tanto que quieren pintar su propio cuadro en casa, ¡algo más que lógico!
¿Cuán sostenibles sois?
Un cordial saludo para todos, Katja
