Conozco muy bien el sentimiento de estar lejos de casa, de tu espacio personal. de tus seres queridos, de llegar a un lugar extraño en un entorno poco familiar, fácil, no es.
Conozco también ese momento en el cual solo quieres tu cama, después de un día laboral difícil, estresante, complicado y cansado, esa fatiga que es muy distinta a la que puedes experimentar en los días en los que disfrutas de unas vacaciones.
Cuando planee ofrecer una habitación en mi casa, siempre tuve en mente brindar un lugar que consideraran como su segunda casa, sin importar si era una noche o treinta, pensé en lo que haría para lograrlo, y no fue complicado, porque me puse en el lugar de esa persona que busca un alojamiento, en el cual quiere llegar a descansar antes que nada, así que se volvió mi tarea ofrecer los elementos que satisficiera esa necesidad.
Tenía claro que quería que encontraran mis huéspedes, un lugar:
1.- Privado
2.- Calido
3.- Acogedor
4.- Limpio
5.- Agradable visualmente
Recibidos de manera:
1.- Amistosa
2.- Familiar
3.- Amable
Y sobre todo crear un vínculo de confianza desde el primer contacto, que se de una interacción agradable para las dos partes, (anfitrión y huésped), porque podría pensarse que dejar entrar en tu casa a alguien es sencillo, pero no. los estas dejando entrar en tu mundo, en tu privacidad, y para eso la confianza es básica.
Para lograrlo me apoye en mi experiencia personal con el Feng Shui, intentando incorporar aquellos elementos que me ayudaran a crear el ambiente que deseaba ofrecer a mis huéspedes, un ambiente de bienestar y armonía.
Después de dos años y medios compartiendo mi casa y cada que se termina una reserva, creo que voy logrando mi objetivo, mis huéspedes se van contentos, la mayoría regresa y ninguno ha sido turista, todos por motivos laborales deciden quedarse en casa, se van con una sonrisa, pero también yo la tengo, me encanta pensar que durmieron bien, que descansaron y que cada mañana estuvieron listos para un día laboral más. que por lo menos empezaron llenos de energía.
Como anfitriona siempre les digo a mis huéspedes "bienvenido" pero mi reto con cada uno de ellos, es hacer que lo sientan en verdad, son los pequeños detalles que le hacen saber que pensé en ellos , no como un huésped más, si no con detalles que lo hagan sentir especial, por ejemplo, uno de ellos me platico antes de su llegada que venia a una exposición de bebés, estaba por tener el primero, deje en el buro unos libros de fotografías de bebes por el mundo, recuerdo a otro que su pasión es el fútbol y en especial es fan de un equipo mexicano, así que le deje el libro de la historia de este equipo.
La palabra bienvenido la tomo muy en serio. no solo se queda dicha o escrita, la convierto en acciones especiales para ellos y satisfactorias para mi, si mis huéspedes están contentos, yo lo estoy.
Saludos desde México, mantengamos a salvo.
Jessi