Las reservas inmediatas aparecieron como una solución para conquistar nuevos huéspedes y permitir al sitio competir a la par con otros sitios de reservas de hoteles: los huéspedes a veces no quieren esperar una respuesta y prefieren tomar ellos la decisión sin tener que esperar la aprobación del anfitrión. Tiene que ver también un poco con la percepción de quién tiene las riendas, quién elije a quién.
Pero nosotros no somos hoteles, nuestras propiedades son más limitadas por lo que debemos coordinar bien las agendas y las posibilidades de arriendo para malas prácticas aumentan por la dificultad de control en muchos casos. Más aún si lo que se arrienda es una vivienda compartida.
Cómo apoyar las reservas inmediatas sin tener que tolerar en exceso cualquier reserva recibida cuando no estamos conformes? Airbnb nos dice que si no estamos a gusto con la reserva, podremos cancelarla pero no queda claro si realmente es sin ninguna penalidad (por ejemplo, para calificar por el status de Super Hoster); y por otro lado nos dicen que tenemos una cantidad reducida de posibilidades de rechazo sin penalidad.
Cuando vamos adquiriendo experiencia vamos también agudizando el instinto de a quién recibir y a quién no porque nos traerá problemas. Cuando somos flexibles y se cumple nuestro temor nos prometemos que no nos volverá a pasar. Así, muchas veces no tenemos una razón concreta para no estar conformes con un huésped, no tiene que ver con tener o no calificaciones, verificaciones, etc, hay otros parámetros que nosotros conocemos: inmediatez de la reserva, cantidad de días, cantidad de huéspedes, domicilio del huésped (por ejemplo, si es del mismo lugar del arriendo, es sospechoso). Por qué no quedarnos tranquilos pudiendo decidir sin presiones si queremos o no alquilarle a la persona que sospechamos? Por qué aceptar una reserva por la presión de ser penalizados?
A fin de armonizar la buena idea de las reservas inmediatas manteniendo a salvo la seguridad del hoster vengo a proponer agregar en las reservas inmediatas la posibilidad de que por un lapso de tiempo (6 horas / 12 horas...) el anfitrión tenga la posiblidad de cancelarla sin NINGUN tipo de penalización ni mancha. Un aviso al que huésped podría ser "Tu reserva ha sido confirmada si en las próximas xxx no reicibieras una notificación en contrario". De esta manera, el anfitrión diligente, el que revisa constantemente sus reservas y atiende los casos, tendría la tranquilidad de poder decidir si quiere o no esa reserva, ya sea porque no le gusta el huésped o las fechas solicitadas. Si se les ocurre otra forma de dejar a salvo esto, bienvenidas serán las sugerencias, pero claramente el estado actual me harán decidir por evitar las reservas inmediatas.
Yo mismo tengo permitidas las reservas inmediatas, pero hasta ahora han sido un gran problema con pocos beneficios por lo que creo que merece un rediseño.
Casualmente ayer recibí una reserva inmediata de una huésped por un precio menor (unos USD30 menos por día de alquiler) al publicado. Revisé todo para ver cómo había ocurrido eso, y finalmente descubrí lo que había pasado: hacía un par de semanas la huésped me había contactado por unas fechas en noviembre. A partir de su primer consulta le envié una aprobación por el precio que estimé para esas fechas en aquel momento ($190), porque me convenía alquilarle a ella ya que calzaba justo con otra reserva. La aprobación indica que es por 24 horas con un mensaje, tanto a nosotros anfitriones como para el huésped que debe reservar. Tal es así que sólo durante aquellas 24 horas el anfitrión puede cancelarla con sólo apretar un botón pero, al vencerse ese plazo, logicamente desaparece el botón de cancelar y sólo permite enviarle otra propuesta. Como ocurre en muchos casos, la huésped no reservó venciéndose el plazo y, de no tener reserva inmediata, debería entonces solicitarme una nueva aprobación. Tampoco se confirmó la otra reserva que venía unirse a esta, por lo que decidí poner el precio normal para esos días ($220). Pero luego de dos semanas recibí la reserva inmediata de la anterior huésped al precio de $190 que le había aprobado en su momento.
Llamé inmediatamente a Airbnb, lo que supone mucho esfuerzo ya que siempre la primera atención quiere quitarte de encima con una respuesta fácil y rápida, donde el culpable es el anfitrión. Expliqué toda la situación y asumí que era un error del sistema, pero se esforzaban en indicarme que era así porque YO HABÍA ACEPTADO COBRAR $190. No importaba si ocurrió un mes, un año o un par de días entre la consulta y la reserva inmediata. Ya no podríamos cambiar los precios para ese huésped que puede esperar todo lo que quiera para reservar al precio alguna vez dado. Esto sólo si hemos autorizado reservas inmediatas, caso contrario debería consultar nuevamente y solicitar una aprobación. Es insólito!
Lo peor: no accedieron a solucionar el problema sin costo ni penalización para mí ni para el huésped. Me decían que si cancelaban sería "mi última oportunidad". Entonces debí contactar a la huésped, explicarle la solución y en común acuerdo volver a Airbnb para que cancelaran la reserva sin ninguna penalidad para ambos. Mucho esfuerzo, stress y trabajo para algo sencillo y lleno de lógica.
Tengo otras experiencias malas, cuando me hicieron una reserva para el mismo día una persona con 4 verificaciones pero que parece que no lo era tanto y suponía un fraude, pero lo dejaré para otro momento.
Conclusión: Mantengamos las reservas inmediatas pero demos flexibilidad al anfitrión sin perder la eficacia de esta opción.
Chris