Hola Laura, la pregunta que haces es muuuy dificil de responder. Yo diría que se trata de un aprendizaje a lo largo de toda la vida de la relación entre mi mujer y yo. Te lo voy a intentar resumir. Primero compramos un terreno en las afueras de Córdoba (Alcolea), estalló la crisis de 2008 y no se pudo terminar de urbanizar, por lo que no pudimos edificar. Decidimos comprar otro terreno diminuto en la misma zona, pero zona urbana donde si se podía edificar. Nos hicimos nuestra primera casa. Tuvimos nuestro dos hijos y al cabo de 7 años, la vendimos para mudarnos a Córdoba capital, por espacio y por cercanía con los servicios.
Como no queríamos cometer los mismos fallos que en la anterior casa, decidimos hacer un castings de estudios de arquitectura. Nos entrevistamos con 7 y finalmente elegimos a un estudio de arquitectura de Sevilla (Carlos Pedraza arquitectos). Nos gustó sus proyectos, el tratamiento que hacen de los materiales a la hora de elegirlos y de integrarlos en el proyecto, pero sobre todo nos encantó la forma que tienen de dirigir la obra. No hacen el proyecto y dejan que la obra se ejecute sola como hacen muchos estudios de arquitectura, sino que les gusta hacer visitas semanales o cada dos semanas para controlar al milímetro cada detalle.
Durante la fase de proyecto tuvimos muchas reuniones. En la primera dejamos muy claro lo que queríamos, que no era más que una casa con mucha luz natural, y con un elección de materiales y una distribución de los espacios que nos haga disfrutar de nuestra vida en familia. Espacios abiertos y con mucha luz. En la segunda reunión nos desvelaron la distribución interior, Bea y yo nos miramos y dijimos, han dado en el clavo, nos veíamos viviendo y creciendo como familia. No fue hasta la última reunión cuando nos lanzaron el diseño de la fachada, y de primeras, ufff, nos costó digerirla, pero dos días después ya la estábamos amando. Es la parte más impactante de la casa y su signo de identidad.
Una vez desvelado el secreto de la fachada, "la fachada iba a ser una gigantesca celosía", nos dieron a elegir tres piezas diferentes y elegimos la pieza trapezoidal por sus similitud con la cultura árabe, tan presente en la mezquita catedral. Las piezas de celosía se elaboró en un taller de alfarería de un pueblo de Córdoba llamado La Rambla, famoso por sus botijos (recipiente de cerámica para mantener el agua fresca en verano). Hicieron varias pruebas con distintos barros para probar la resistencia, y se eligió un barro rojo. Después llegó la hora de elegir la terminación de la pieza, color??, pintada mate ??, pintada brillo ???, sin pintar??, vidriada ??. Finalmente elegimos vidriar cada pieza para obtener una mejor limpieza. El color elegido fué el blanco por la reflexión de la luz que hacía amplificar la luminosidad de las estancias.
Durante la fase de obra si que me impliqué más, y era yo quien llevaba el planing de producción y el control presupuestario de obra para que no se nos fuera de las manos.
La terminamos en pandemia y nos mudamos justo después. Recuerdo ese día como si fuera ayer. La primera vez que subí las escaleras por la noche y vi todos los muebles y cortinas colocados y las luces encendidas, fue un momento mágico !!!.
La casa ha sido publicada en dos revistas de arquitectura: Divisare y Archdaily; en esta última fue nominada a obra del año en la categoría de arquitectura residencial.
Bueno, y esta ha sido nuestra historia !!!
Un saludo.
