Entiendo perfectamente la lógica detrás de los contadores de luz y la idea de optimizar los costos y el uso de energía, especialmente en regiones con climas extremos. Es una lástima que Airbnb no tenga una opción para tarifas adicionales de luz, aunque me parece muy práctico que hayas resuelto el tema integrándolo al precio final del alquiler.
Sobre lo del wifi y los huéspedes que molestan a los vecinos, entiendo tu frustración. Personalmente, no soy muy partidario de los carteles impresos en los alojamientos. Cuando estoy de viaje, ver carteles o anuncios pegados por todos lados me recuerda a cuando iba a hostels de chico, compartiendo espacios comunes, y eso no siempre genera una experiencia acogedora.
En mi caso, trato de resolver estas situaciones con anticipación. Por ejemplo, en lugar de usar carteles, les envío un mensaje recordatorio en un momento clave, como unas horas antes del check-in, con la información del wifi y otras instrucciones importantes. Es un poco más de trabajo, pero siento que mantiene la experiencia más personalizada y en línea con lo que busca Airbnb.
También entiendo que no siempre es posible recibir a los huéspedes en persona, pero siempre que puedo, lo hago. Para mí, ese contacto inicial es clave para resolver dudas, darles confianza y evitar este tipo de problemas. ¿Te ha pasado que con alguna alternativa de comunicación personal lograste reducir este tipo de inconvenientes? ¡Capaz encontramos un punto medio entre lo práctico y lo acogedor!
Arturo Blas
