Buen día Bella (que lindo nombre)
Vivir mi jubilación soñada en armonía con la Pachamama
Soy Carmen, educadora de corazón. Durante casi 30 años trabajé comprometida con la primera infancia en el Perú, hasta que un día me atreví a soñar distinto: dejar el ritmo acelerado de la ciudad y regalarme una jubilación anticipada para vivir en paz, rodeada de naturaleza. Ese sueño tomó forma en Lunahuaná, tierra bendecida por su sol eterno, sus paisajes verdes y la calidez de su gente. Así nació Eco-albergue Retablos Perú, y ya van casi diez años de esta aventura que ha recibido a más de mil quinientos huéspedes que se han sumado a nuestro espíritu: disfrutar lo simple de la vida y reconectar con la tierra.
cosecha de uvas
disfrutando del viñedo
con mis mascotas
Desde el inicio decidí que esta estancia debía ser ecológica. Lo sentía como una responsabilidad: cuidar nuestro hogar, la Pachamama. Por eso, su diseño se inspiró en la bioconstrucción, integrando la casa al entorno con materiales vivos de la zona: piedra, adobe, guayaquiles, caña y madera. Nuestros “domos” —dormitorios con forma de cúpula— están equipados con mobiliario reciclado, restaurado y reinventado. Una cama antigua volvió a la vida, una bicicleta se transformó en mesa, cilindros industriales se convirtieron en recipientes de reciclaje y hasta hemos levantado muros con botellas reutilizadas.
La filosofía de las 6R (reciclar, reusar, reducir, repensar, reestructurar y reinventar) guía cada decisión: intercambiamos ropa de cama por hospedaje, compostamos, clasificamos residuos, estimulamos la economía circular recomendando proveedores locales, y poco a poco reemplazamos la energía eléctrica por paneles solares. Así avanzamos hacia un modelo cada vez más autosostenible.
Ser ecológicos también significa educar. Niñas y niños que nos visitan con sus familias, así como los pequeños de la comunidad, participan en talleres donde transforman cartones, telas y semillas en eco-regalos llenos de creatividad. Además, compartimos desayunos con jugos y mermeladas de nuestros cultivos orgánicos, y en temporada invitamos a cosechar uvas, nísperos, paltas o manzanas.
Una de las experiencias más hermosas fue organizar un picnic con anfitriones de Lima. Ellos donaron ropa y objetos en buen estado que ahora forman parte de la eco-tienda de Lunahuaná Eco, nuestra asociación creada entre ocho mujeres emprendedoras, unidas por el bienestar y desarrollo ambiental de nuestro distrito. Esa integración nos mostró que pequeñas acciones colectivas pueden abrir caminos hacia un planeta renovado.
Hoy sigo convencida de que la sostenibilidad es una meta cada vez más cercana, una forma de vivir cada día, con valores que empiezan por cuidarse, cuidar al otro y el espacio que nos cobija. Con cada huésped que llega, con cada niño que aprende jugando, con cada cama restaurada o botella reutilizada, sembramos una semilla de esperanza. Y así, desde este rincón del Perú, soñamos juntos con un lugar donde cuidar la tierra sea tan natural como respirar.
GRACIAS!!!!! ABRAZOTES ECOLOGICOS!!!! todo se recibe...jejejejej