Este tema forma parte del Festival de la Sostenibilidad del Centro de la Comunidad, el tema original fue creado en el Centro de la Comunidad de habla inglesa, por @Clara116 y traducido a continuación.
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Cada día nos enfrentamos a nuevos retos, pero afortunadamente estamos aprendiendo sobre nuestra huella ecológica, el impacto que producimos y lo que significa en relación con nuestro entorno, tanto a gran escala como a menor escala.
Como muchos, pensaba que el mundo era demasiado grande y que sólo estaba yo, y que no podía marcar la diferencia. Pero al ver el impacto y aprender de los profesionales, aprendí que mucha gente como yo puede realmente marcar la diferencia con pequeños cambios positivos en el estilo de vida.
David (mi marido) es el jardinero ecológico de la familia, y yo soy la encargada de la alimentación, cocinera, organizadora y apasionada cultivadora de esponjas de luffa. Así que me resultó natural cultivar esponjas de luffa, que crecen en espaldera o enredadera y no en el mar, como pensaba.
Las esponjas de luffa son fáciles de usar y son excelentes para algunas cosas. Con ellas, no es necesario comprar esponjas de limpieza. Siempre las utilizo en lugar de las toallas de papel para limpiar algo a diario. Son los mejores ayudantes de limpieza que conozco. Duran aproximadamente un año: puedes lavarlas y secarlas, o mejor aún, meterlas en la lavadora. Son totalmente limpias y pueden utilizarse una y otra vez. Limpio casi todo con ellas: mi cuerpo, mi cara, nuestra cocina, el baño, los platos y la casa de campo que anuncio en Airbnb. Así que, por supuesto, tengo esponjas de diferentes tamaños para cada tarea.
Muchos de nuestros huéspedes en Airbnb leen sobre la casa de campo y nuestro estilo de vida y preguntan por nuestros jardines. Me encanta enseñarles todo y compartir con ellos esponjas y semillas de luffa. Creo que plantar una pequeña semilla es el mejor regalo que puedo hacerles, además de mostrarles que no siempre tenemos que ser la generación desechable. A menudo regalamos a los invitados verduras y flores. Es una buena manera de conectar y demostrar que ellos también pueden sentirse como en casa. Mi pequeño esfuerzo para hacer la más mínima diferencia es con una pequeña esponja de luffa.