Al permitir cobrar un suplemento por cada mascota, incluí la posibilidad de que se pudiesen traer.
Por desgracia a partir de ese momento casi todos los huéspedes trajeron sus perros, pero ninguno lo inscribió y no pagaron por ello.
Para evitar que me diesen una mala puntuación o crear ninguna tensión, yo no les dije nada, pero alguna mascota me llenó el edredón de pelos, otra vómito... La mayoría de la gente que me visita es limpia, y lo de los pelos (micropelos) en el edredón, solo lo ves cuando estás planchandolo, por lo que tampoco lo reclamé.
Pero, he decidido no admitir mascotas, ya que no gano nada más que riesgos.