jajaja.
me has hecho recordar una sensación que tuve en mi juventud. Con 20 años pasé unos días en Cuenca con varios amigos.
Cuando tocaba volvernos a Barcelona, yo decidí tomar un bus para Madrid en solitario.
Allí me quedé 6 meses y desde entonces comenzó mi amor incondicional por la capital. Pero había algo que me faltaba: ¡el mar!
Bueno, pillé una gripe muy hp. Recuerdo la madre de la dueña del hostal, una señora muy mayor que venía varias veces al día a traerme leche con colacao por las mañanas y mucho caldo durante el día, además de comida. ¡Cómo me cuidó aquella señora! se me están poniendo los ojos llorosos por el recuerdo.
Un cura amigo de la señora me llevó al hospital y ese mismo señor me llevó en su coche al aeropuerto cuando dije que debía volver a mi casa.
Fíjate en los detalles: La señora mayor entrando continuamente en mi habitación, viajar en el coche con el cura, el avión, sin mascarillas, sin precauciones, sin miedo. ¡Y era una pedazo de gripe!
Cuánto estamos aprendiendo con la desgracia. Perdiendo estamos ganando.
Bueno, recién aterrizado en Barcelona, me llamó un amigo y me vino a buscar. Durante todo el camino no le hice ni puñetero caso de todo lo que me hablaba y preguntaba. Yo estaba alucinando viendo el mar por el camino en la ronda Litoral.
Te aseguro que se me pasaron todos los males.
Los que somos de mar, no podemos estar mucho tiempo sin él.
Por suerte, como sabéis vivo en lo alto de una colina y al abrir las ventanas o salir al patio lo veo a diario.
Juro que me he emocionado muchísimo al escribir estos recuerdos.
Bueno, los antiguos ya me conocéis, que por una palabra os puedo escribir una larga historia. 😄
Marc
Dejé de ser anfitrión aunque sigo en el foro.
