La exposición al monóxido de carbono puede causar una intoxicación mortal, pero se puede prevenir, según los expertos de la Asociación Internacional de Jefes de Bomberos. Pon a prueba tus conocimientos sobre estos mitos frecuentes acerca del monóxido de carbono y toma medidas para reducir los riesgos en tu alojamiento.
Mito: El monóxido de carbono y el dióxido de carbono son lo mismo.
Realidad: El monóxido de carbono, o CO, es un gas inodoro y tóxico que puede matar a personas y animales cuando se acumula dentro de una casa, mientras que el dióxido de carbono, o CO2, es un gas natural relativamente inocuo en pequeñas cantidades, como las burbujas de algunos refrescos.
Mito: Todos los gases tienen olor, por lo que es fácil notar una fuga de monóxido de carbono.
Realidad: El monóxido de carbono es inodoro e imposible de detectar sin una alarma.
Mito: Todos mis electrodomésticos van con electricidad, así que no tengo que preocuparme por el monóxido de carbono.
Realidad: Aunque los aparatos eléctricos no emiten monóxido de carbono, sus vapores podrían filtrarse en tu alojamiento si usas un generador o si guardas dentro de casa la barbacoa, el coche u otras máquinas que funcionen con combustible.
Mito: En mi alojamiento hay muchas ventanas y corre el aire, así que no tengo que preocuparme por el monóxido de carbono.
Realidad: En las casas bien ventiladas también se pueden acumular niveles peligrosos de monóxido de carbono procedente del exterior.
Ser consciente de los riesgos que supone la exposición al monóxido de carbono e instalar alarmas en cada planta de la casa puede ayudar a percibir la presencia de CO. Si tienes un anuncio activo, Airbnb cubrirá el coste de tu primer detector de monóxido de carbono. Encontrarás más información en el Centro de recursos.
Si ya instalaste un detector de CO, ¿has actualizado el apartado de seguridad de tu anuncio? ¿Qué otras prestaciones de seguridad tienes en tu espacio?