Navidad con nuestros huéspedes
Esta publicación es parte del CC Festival de la Hospitalidad 2022 , tema original creado en el Centro de la Comunidad inglesa por @Felicity11 y lo hemos traducido.
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Han pasado diez años desde que dimos el paso y construimos una casita de huéspedes en nuestro patio trasero. Recuerdo que mientras creaba el anuncio para publicarlo en Airbnb me pregunté: «¿Funcionará? ¿Querrá alguien alojarse en un patio trasero a las afueras de Sídney? ¿Vendrá alguien hasta aquí?».
Pues resulta que sí había gente que quería alojarse en nuestro espacio. Algunos huéspedes incluso han vuelto a quedarse con nosotros en más ocasiones, ya que nos hemos ido conociendo a lo largo de los años, hemos compartido momentos juntos y nos han contado historias increíbles.
¿Quiénes son nuestros huéspedes? ¿Por qué eligen quedarse con nosotros y por qué algunos repiten? Hay muchos factores que influyen, de eso no cabe duda, pero uno muy importante es que nos esforzamos por crear momentos inolvidables.
Antes de continuar, me gustaría mencionar que mi familia y yo vivimos en la casa principal y, al otro lado de la valla, está la casita que anunciamos en Airbnb. Les decimos a todos nuestros huéspedes que estamos ahí para lo que necesiten o por si les apetece hacernos una visita. Algunos viajeros prefieren tener su intimidad y no interactuar, pero otros están más abiertos a conversar y hemos acabado intercambiando anécdotas e historias increíbles.
Ilustración de nuestra casa de campo hecha por un huésped
Mis primeros huéspedes, al igual que yo, estaban utilizando la plataforma de Airbnb por primera vez. Tenían curiosidad por conocer esta nueva forma de viajar que conectaba a anfitriones con huéspedes y nosotros les contamos nuestra experiencia con el proceso. Les pareció una gran idea y, unos años más tarde, cuando volvieron a reservar en nuestro espacio nos contaron que ellos también habían decidido dar el salto y ¡eran Superanfitriones en Airbnb!
En nuestro barrio viven muchas familias procedentes de otros países y, a lo largo de los años, hemos recibido a varios huéspedes que venían a visitar a su hijo o su hija porque se había instalado en la zona con su pareja. En algunos casos, estos mismos huéspedes vuelven a reservar «porque hay boda» y, más adelante, «para conocer a los nietos». Cuando tienen que acudir al colegio el Día de los Abuelos o si van a recoger a sus nietos después de clase, estamos ahí para indicarles el mejor camino, y es un placer presentárselos a otras personas de la comunidad. A muchos de los abuelos que viven fuera les encanta sentirse integrados en la vida local y participar en el día a día de sus nietos. A veces pienso en cambiar el nombre del anuncio y llamarlo «La casita de los abuelos» o algo así; pero lo cierto es que también recibimos a muchas familias con niños.
Recuerdo la estancia de una familia que venía de Europa. Sus niños entablaron amistad con los nuestros a través de la valla y, cuando nos dimos cuenta, estaban jugando juntos y pasándoselo en grande. ¡Y eso que no hablaban el mismo idioma! Los padres nos explicaron que ellos vivían en un apartamento y que jugar en un jardín era toda una novedad para sus hijos. Esta familia se alojó varias veces con nosotros: estaban encantados con nuestro destartalado patio. Estaba algo descuidado y le hacía falta una buena puesta a punto, pero a aquellos niños les parecía perfecto tal y como era. De hecho, los padres nos confesaron más adelante que, incluso después de visitar la ciudad, lo que más les había gustado a los niños del viaje a Sídney había sido jugar en nuestro jardín y construir fuertes, saltar en la cama elástica y columpiarse en el neumático que habíamos colgado en la rama de un árbol.
Me encantan las historias de nuestros huéspedes sobre cómo es la vida cotidiana en sus respectivos países y qué aspectos son diferentes de la australiana. Gracias a esta familia aprendí trucos para mantener entretenidos a niños inagotables cuando no pueden salir de casa en invierno porque nieva. Al parecer, ¡los padres de allí no pueden estar tranquilos ni cinco minutos!
Otro momento especial fue cuando, hablando con una pareja que se hospedaba con nosotros, me contaron que, en realidad, ellos eran de la zona. Habían crecido en el barrio y aquí habían tenido su primera cita: un pícnic en el muelle que hay al final de nuestra calle. Me hablaron de cómo era la vida en la zona hace 50 años, los sitios en los que pescaban y jugaban, y recuerdos del colegio. Estaban muy contentos de haber encontrado nuestro alojamiento, cerca del muelle, que aún se conserva y que hoy cuenta hasta con una cafetería. ¡Y han vuelto para celebrar su aniversario en varias ocasiones!
Uno de los aspectos que más me llaman la atención de hospedar es que se suele atraer al mismo tipo de personas. Aunque supongo que tiene que ver con lo que escribes en la descripción del anuncio. Personalmente, me preocupo mucho por la sostenibilidad y me encanta que los huéspedes comenten lo que hacemos y que, a su vez, me cuenten cómo funcionan sus comunidades a este respecto. Algunos países europeos tienen sistemas de reciclaje verdaderamente increíbles. Por mi parte, me encantó enseñar a una familia de Asia cómo separar los desechos adecuadamente para que pudieran reciclarse. Compartir las ideas con el resto del mundo puede hacer que un pequeño gesto tenga un gran impacto.
El periodo navideño es una buena época para viajar. Recibí a una pareja del hemisferio norte que habían estado viajando por Australia cuando eran novios y les había encantado. Querían por todos los medios que sus hijos conocieran los famosos fuegos artificiales de Sídney, que cada año se lanzan en Nochevieja. Habíamos estado intentando cuadrar fechas durante años hasta que, por fin, se alinearon los planetas. Pensé que podía invitarlos a almorzar con nosotros el día de Navidad para que conocieran las tradiciones australianas. ¿O quizá esto era demasiado? No debió de serlo, porque aceptaron encantados y, a pesar de las diferencias de costumbres e idiomas, se lo pasaron muy bien al poder celebrar la comida de Navidad en el exterior, con gafas de sol porque hizo un precioso día de verano, con villancicos australianos de fondo y saboreando uno de nuestros postres más famosos: la pavlova.
Me acuerdo de muchos de los huéspedes que han pasado por aquí y siempre es una alegría recibir un mensaje que diga algo como: «Es posible que no te acuerdes de mí, pero mi pareja y yo nos quedamos en tu casita hace no sé cuántos años y queremos llevar a nuestros hijos para que la conozcan». También es todo un privilegio que un par de huéspedes hayan decidido retratar la casa de invitados en acuarela. ¡Son dos regalos muy especiales que ahora decoran nuestro alojamiento!
Para mí, la hospitalidad es tratar de crear un ambiente en el que los huéspedes se sientan cómodos y como en casa, y estar a su disposición cuando lo necesitan, pero sin invadir su intimidad.
Esta publicación es parte de nuestro Festival de la Hospitalidad 2022. Puedes consultar el calendario completo aquí.