Hay pocas cosas que ayuden más que "saber medir", encontrar el punto exacto en el que aproximarte o alejarte, saber qué se necesita, qué intereses, condiciones y motivaciones mueven a las personas. Lo importante como anfitrión es saber dónde está el equilibrio en los huéspedes y saber anticiparlo.
Ninguno es igual, todo son excepciones. Así que sé proteico, "elástico", no te endurezcas nunca, no seas jamás igual con cada uno de ellos. Entiende las razones y los comportamientos desde el primer minuto y entiende lo que requieren.
Así que por este orden, siempre aprendo (y me enseña a ser):
· Necesidades básicas y cubrirlas al instante. (Si tienen niños, sin son minusválidos, si tienen un coche enorme, si llegan tarde y hambrientos, si llueve...)
· Hacerles sentir parte del lugar que van a ocupar. (Una casa no es sólo una casa, es un espacio. Un espacio con historia, o rincones, o extrañezas, o diferencias, o exquisiteces, o problemas... cuéntalo, enséñaselo –en muy poco tiempo–. Dales esas coordenadas para que sepan lo que pisan y lo que viven).
· No seas pesado. (Lo tuyo es suyo durante el tiempo de alquiler –con ciertas restricciones–. No avasalles con miles de normas, pormenores, megalomanía, ínfulas, precauciones o "yoísmos" innecesarios. Es un huésped, no un niño de 8 años. No necesitas dejar las cosas claras, basta la mayor parte de las veces con explicitarlas brevemente).
· Ten siempre "herramientas". (Conoce tu ciudad. No importa que no sepas lo que es una esfera blanca de marfil de unos 6 cm. de diámetro con un puntito rojo, ni cómo golpearla para que tenga retroceso cuando da con otra bola, pero tienes que saber si hay billares en tu ciudad. Tienes que saber dónde hay hamburgueserías, museos y bares, sí, pero también almonedas, música en directo, una tienda de filatelia o dónde venden gayumbos de franela. El "espacio" del que hablaba en el segundo punto, no es sólo el lugar que alquilas, es también tu ciudad, el monte, el pueblo, la isla o donde estés alquilando tu casa. Todo ese espacio es el que prestas. Justo todo ése que has recorrido siempre. Y si no lo has hecho, hazlo. Para tener más herramientas).
· El huésped, eres tú. (Piensa en ello).