Mi experiencia como anfitrión o cómo conseguí sentirme en casa en cualquier rincón del mundo
¡Hola a todos!
Voy a hablaros un poco sobre mí y contaros qué me llevó a convertirme en anfitrión.
La vida es un cambio constante y nunca sabes lo que te va a traer. Personalmente, creo de verdad que la esencia de ese cambio está dentro de cada uno de nosotros esperando a que lo dejemos florecer. Si echo la vista atrás, me doy cuenta de que ser anfitrión es algo que siempre ha estado en mí.
Mi familia emigró de Irán a Canadá cuando yo tenía cinco años en busca de una vida mejor para mí y para mi hermana. No teníamos a nadie más, y eso siempre hizo que me sintiera solo, desconectado de mi entorno y con un deseo profundo de sentirme parte de algo.
No tardé mucho en darme cuenta de que cuando realmente me sentía en casa era cuando estaba viajando y explorando este hermoso planeta. Me encantó aprender de las diferentes culturas que me iba encontrando, pero descubrí que todas ellas tenían algo en común: la amabilidad y el amor, que siempre son universales.
Mi primera experiencia como anfitrión fue en México, haciendo couchsurfing (alojando de forma gratuita a viajeros que me contactaban por internet). Vivía en una casa espaciosa y decidí abrir las puertas de mi hogar a personas de todo el mundo. Hice muchísimos amigos de todas partes y esta experiencia me ayudó a reafirmarme en la idea de que podemos confiar plenamente en completos desconocidos si nos relacionamos con ellos en base al respeto mutuo.
Me hice en anfitrión en Airbnb en 2017, poco después de conocer a mi esposa. A los dos nos encanta la música, viajar y la gente. Nos entusiasma la creatividad y descubrir nuevas formas de conectar con otras personas y compartir experiencias con ellas. También adoramos los animales y pasar tiempo en la naturaleza. Estamos enamorados de la vida y de la idea de construirla en común. No perdemos ocasión para saborear cada pequeño momento de nuestro día a día. Ser anfitriones nos ha permitido conocer a muchísimas personas maravillosas, todas distintas, y nuestra misión es crear experiencias que consigan que todo el mundo se sienta incluido y bienvenido tal como es. Tenemos mucha suerte de vivir en Vancouver, en la Columbia Británica, un pequeño tesoro al noroeste del país, a orillas del Pacífico, donde el océano da la mano a las montañas.
Trato a nuestros huéspedes como si fueran amigos que vienen de muy lejos, con amor y amabilidad. La experiencia de la que disfrutan los viajeros es una parte esencial de esta actividad, y lo que más me gusta es conseguir que su estancia sea lo más agradable posible gracias a mí. A lo largo de los años, hemos recibido a huéspedes estupendos y hemos acabado haciéndonos muy amigos de algunos de ellos. Siento un gran cariño hacia Airbnb porque me ha permitido expresar plenamente quien soy a través de su plataforma. Además, ser anfitrión me ayuda sentirme unido a los demás y reafirma mi fe en el espíritu humano.
Un saludo,
Bez
