Cuando nos planteamos formas de combatir la soledad, una opción es hacerlo desde una perspectiva social e involucrando a nuestra comunidad.
Los huéspedes pueden viajar con personas mayores, familiares que necesitan atención o niños. En estos casos, como en muchos otros, no basta con abrirles las puertas de nuestro alojamiento. Si queremos ofrecerles una experiencia totalmente inolvidable, podemos recurrir a la ayuda de nuestros vecinos, negocios locales o actividades culturales que permitan a los viajeros adentrarse en nuestra realidad. Y esto no solo les beneficia a ellos, sino también a nuestros vecinos.
En mi casa de Tacoronte, en España, tengo una vecina que se llama Lola a la que le encanta hablar con los huéspedes. Muchas veces hasta van a su casa para ver las maravillosas plantas que cuida día tras día. Lola es una mujer mayor a la que le interesa relacionarse con los viajeros aunque no sepa exactamente cómo comunicarse en su idioma, y a nuestros huéspedes generalmente les gusta esa cercanía. De hecho, muchas veces nos dicen que Lola se acercó a saludarlos y les dio aguacates de su árbol.
Y luego está la cafetería de la esquina, donde Rosi no solo atiende a los visitantes locales con todo su cariño, sino que también recibe a nuestros huéspedes con una sonrisa.
Lola, Rosi y muchas de las personas que llevan negocios en la zona están encantadas conociendo a gente de todo el mundo ¡y hasta sienten orgullo del ambiente internacional que se respira en el barrio!
Lo mismo ocurre con las actividades culturales que se organizan en nuestro pueblo, que se encuentra en las islas Canarias. Los huéspedes nos dicen que les encanta venir y conocer las tradiciones y los festivales locales.
En 2014, Anna y Marnix, de Alemania y los Países Bajos respectivamente, decidieron pasar unos meses en la isla mientras ella redactaba su tesis y él teletrabajaba. Marnix nos contó que le resultaba difícil conciliar su vida personal y profesional, y que pasaba muchas horas delante del ordenador. Aunque pude charlar con él durante la semana y programar actividades durante el fin de semana, pensé que le vendría bien conectar un poco más con el entorno, así que le recomendé que probara un espacio de coworking para conocer a otras personas y aprender más sobre la vida en las Canarias. Me hizo caso y hoy aún mantiene amistades que hizo en aquella época.
Las guías y recomendaciones locales ayudan a los huéspedes a participar en la comunidad. Puedes hacerles algunas sugerencias sobre lo siguiente:
- Asistencia para personas mayores o niños.
- Actividades culturales programadas en la zona, como festivales juveniles o encuentros para la tercera edad.
- Negocios locales que reciban a tus huéspedes con los brazos abiertos.
Y ahora, cuéntame, ¿tú qué haces para que los viajeros se sientan parte de tu comunidad?
Estas son unas fiestas locales que les recomendé a mis huéspedes para que descubrieran de primera mano cómo es la vida aquí. A mi perrita Malba también le gusta ir.
Mi marido y yo estamos tomando un café con Michael y Luisa en la plaza mientras hablamos de actividades que se organizan en la isla
Claudia, Delphine, Tatiya y yo contamos cómo afrontamos la soledad gracias a la hospitalidad, y estamos deseando conocer tu experiencia. Si quieres leer nuestras historias, las encontrarás aquí: