Hola Sergi, lindas tus palabras, y me alegro de que mis aportaciones valgan.
En lo personal, creo que hay que tener lo más claro posible (no podemos controlar "lo que nos va a tocar") lo que nos haga sentir bien en esta función de anfitriones, aunque cada vez sea una experiencia desconocida, diferente y única.
Si nos hace bien tener nuestro espacio, pues, tratar de elegir gente que por unas horas esté fuera de casa (yo); si nos hace bien estar acompañados y ocuparnos del huésped y que sea foco de nuestra atención, bien, quizas turistas, pasear con ellos, etc; si nos hace bien cuidar de chicos jóvenes, pues, alojar a estudiantes de esos que las madres son las que les buscan los alojamientos y hacerles de mamá ... en fin, más allá de que lo hagamos por incrementar nuestra economía, tener bastante claro el perfil que va con nuestra preferencia de convivencia, para que sea más placentero, ya que no deja de ser un trabajo de 24 hs, toda la semana.
En cuanto a que cuando hay muy buena comunicación se puede generar una amistad, sí, de hecho me escribo con alguno de ellos/as, y con un dramaturgo catalán que está muy de moda en Europa y en varios países, y que se alojó en mi casa hace casi cinco años, hoy somos entrañables amigos. Eso tiene que ver con la afinidad y conexión con otros seres humanos; así como con algunos se dió que me sintiera aliviada cuando se hubieran ido.
Anécdotas habrán como para que cada uno escriba su "Diario de Experiencias con Inquilinos", que pueda convertirse en un Tratado de Convivencia 😄 !
Muchos saludos !!!